Buenos Aires
Buenos Aires te has vestido,
con unos grises de invierno,
y el frío clava puñales
en mi corazón enfermo.
En tus entrañas acunas,
llantos, risas, y emociones,
mis recuerdos más queridos,
y mis viejas ilusiones.
Me dan ganas de marcharme,
yendo en busca de mi suerte,
pero irme de tus barrios,
es acercarme a la muerte.
Es cierto que aunque me fuera,
en ti quedaría latente,
pertenezco en cuerpo y alma,
a tus calles y a tu gente.
Pero, por Dios, Buenos Aires,
dame esperanza y amor,
quiero olvidarme de ella,
haz que calme mi dolor.
Más si no me das olvido,
voy a dejarme morir,
si no la encuentro en tus noches,
para que quiero vivir.
Macema
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