Con el paso de los años, las modas, los presidentes
y los estados de ánimo, fui observando cada vez más intensamente a mi alrededor
el comportamiento de los seres humanos entre los cuales me incluyo, por
supuesto, y he notado con dolor y sorpresa, que por discusiones políticas,
sociales y/o religiosas, se terminaron muchas amistades, en algunos casos de
muy fea manera.
Siendo una persona respetuosa del pensamiento del otro en
todos los aspectos, aprendí a separar
las cosas verdaderamente valiosas y duraderas, de las momentáneas o
circunstanciales, dando así un valor preponderante a los afectos y a la familia
por encima de los intereses económicos, sociales, políticos o religiosos.
Hete aquí, que parte de la sociedad en que vivimos,
discute por una camiseta, en cualquiera de los items mencionados, como si
dependiera el universo de su desmedida defensa, intentando más que intercambiar
opiniones, insertar en el cerebro del otro su definición de tal o cual
situación, conforme a sus convicciones.
La verdadera amistad, en mi modesta opinión, está por
encima de todas las diferencias de ese tipo que puedan existir.
Muchos políticos, funcionarios, gremialistas y
oportunistas, hicieron, hacen y harán su negocio, a costa de nuestra credulidad
o necesidad de creer en alguno de ellos, y nosotros somos simples
números,( lease $$$ o votos), para ellos.
Ni siquiera nos conocen y manejan nuestras vidas y el futuro de nuestros hijos, sin riesgos personales, porque si se equivocan y "perdemos", ellos no pierden y abandonan su función, yéndose dueños, en muchos casos, de cuantiosas fortunas, muchas veces injustificables. Por eso, intento rescatar los valores de la ética, la moral y el respeto, por encima de cualquier diferencia. ¿El motivo? Muy simple, si a lo largo de nuestra vida tenemos problemas o necesidades, el que va a estar cerca nuestro es el amigo o la familia, el resto, bien gracias.
números,( lease $$$ o votos), para ellos.
Ni siquiera nos conocen y manejan nuestras vidas y el futuro de nuestros hijos, sin riesgos personales, porque si se equivocan y "perdemos", ellos no pierden y abandonan su función, yéndose dueños, en muchos casos, de cuantiosas fortunas, muchas veces injustificables. Por eso, intento rescatar los valores de la ética, la moral y el respeto, por encima de cualquier diferencia. ¿El motivo? Muy simple, si a lo largo de nuestra vida tenemos problemas o necesidades, el que va a estar cerca nuestro es el amigo o la familia, el resto, bien gracias.
Desde este espacio les propongo, que sigamos disintiendo
o coincidiendo en el tema que sea, pero que el fanatismo no nos ciegue y no
arriesguemos jamás una amistad por una discusión.
Los que me conocen saben que cambio opiniones sobre
política, religión, deporte o lo que surja, pero manteniendo la mesura y el
respeto por el otro. Creo que si nos manejamos de ese modo, podremos entre
todos, (es la única manera), cambiar el rumbo de nuestra sociedad, tan desigual
y golpeada.
Más allá de los nombres, las épocas y las banderías, sabemos que desde hace muchas décadas hay muchos hermanos sufriendo extrema pobreza y falta de atención de parte de los sucesivos gobiernos. No nos peleemos entre nosotros porque les hacemos el juego a los vivos.
Más allá de los nombres, las épocas y las banderías, sabemos que desde hace muchas décadas hay muchos hermanos sufriendo extrema pobreza y falta de atención de parte de los sucesivos gobiernos. No nos peleemos entre nosotros porque les hacemos el juego a los vivos.
Estrategia de combate, “divide y
vencerás”.
Contra eso solo puede la unidad.
Gracias por acompañarnos desde 2009 y no pretendo
enseñarle a nadie como manejar su vida, porque no tengo los títulos para eso,
pero si los invito a ser solidarios, mirar al otro, a cuidar y valorar el trabajo aquellos que
lo tenemos y a colaborar para que el que no lo tenga lo consiga.
Gracias de nuevo y que Dios los bendiga junto a sus seres
queridos.
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