A raíz de algunos comentarios escuchados y leídos, en pasillos hospitalarios y en medios de información, referidos a la vocación y trato de algunos profesionales de la salud, se nos ocurrió publicar algo escrito por uno de ellos.
Este post está extraído de la revista Ciencias de la Salud, cuya tapa están viendo y nos gustó mucho el enfoque acerca del Humanismo Médico, realizado en su editorial por el Prof. Dr. Ricardo Znaidak.
Prof. Dr. Ricardo Znaidak
Hace poco leímos una noticia en la cual se informaba que
“según una encuesta de Unicef, miles de bebés prematuros morían sin los padres
a su lado”. También escuchamos frecuentemente frases como: “los informes en
esta Terapia Intensiva se brindan de 13 a 13:30hs. lo lamento, venga mañana”, o
“ el Doctor ni siquiera me dio la mano para saludarme”, o “casi no me revisó,
me atendió en 5’ y me dio la receta para hacerme una Resonancia” y…cuántas
más?. Haciendo un poco de Historia, allá por el siglo V a.C, Hipócrates en su
Cuerpo Hipocrático, escrito entre el 420 y 350 a.C., generó una imagen ideal
del médico y la medicina. Esta última era una medicina ética, respetuosa del
paciente, de su entorno, de su vida, de sus secretos profesionales,
transformándose en una profesión casi de inigualable dignidad. A esta
concepción de la medicina, San Lucas le sumó la caridad y la compasión para con
el enfermo. Philippe Pinel (1745- 1826) logró, como médico, devolver la
dignidad al paciente psiquiátrico, desterrando la violencia física y los
castigos de los centros psiquiátricos en Francia. Francis Peabody (1881- 1927)
fue un clínico estadounidense quien fue famoso por su frase “el secreto del cuidado del paciente,
consiste en preocuparse por el paciente”. No podemos dejar de nombrar a Pedro
Laín Entralgo (1908-2001), quien transformó el paciente en “ser humano”, la
relación médico-paciente en una relación interpersonal y, sobre todo, en una
relación de ayuda. Siempre decía que las especializaciones provocaban en el
paciente una “mutilación antropológica”. Por supuesto, a lo largo de la
Historia, la lista de médicos humanistas resultó más que importante, baste con
nombrar a Rudolf Virchow, William Osler, Karl Aschoff, entre otros.
Luego de este brevísimo resumen histórico, cabría preguntarnos: …si hace más de 2000 años ya
existía la preocupación por el ejercicio profesional y el humanismo médico, ¿no
se debería haber evolucionado mucho más en dicho sentido que en el avance
tecnológico?, ¿por qué hoy, en pleno siglo XXI, estamos preocupados más que
nunca por la deshumanización del acto médico? Tal vez la explicación más
acertada a dichas cuestiones se encuentre en que en los últimos 60 años
algunos, pero no todos, los profesionales médicos, adheridos aún al modelo
racional cientificista y médico hegemónico y despojados de sensibilidad humana,
han perdido la imagen humanista que los identificó con el modelo hipocrático
durante milenios, para ser considerados como simples técnicos, ávidos de
reconocimiento económico y profesional. La formación humanística de los
profesionales médicos, a mi modesto entender, se logra transitando un largo
camino: la vida. En sus inicios la responsabilidad pasa por nuestros padres,
por la familia y gracias también a nuestros Maestros del nivel inicial. Luego
se suma la responsabilidad de nuestros Profesores del nivel Medio de Educación
y finalmente, en este caso la más importante, la que nos enseñan, pero
fundamentalmente nos transmiten nuestros Maestros en las Escuelas de Medicina,
como en nuestra Institución. En esta instancia, se apunta a un modelo
humanístico a partir de la concepción del paciente como un ser biopsicosocial,
de la relación médico-paciente como un contexto, de la historia clínica
centrada en el paciente y por sobre todas las cosas bregando con el ejemplo,
todo lo cual permite construir la arquitectura del profesional de la salud
sobre cualidades fundamentales como la sabiduría, el respeto, la bondad, la
compasión, la solidaridad y la integridad. El humanismo en la medicina debe ser
una forma de vida y para lograrlo debemos realizar una profunda reflexión,
tanto individual de los profesionales de la salud, como a nivel social en
referencia a la industria farmacéutica, obras sociales, aseguradoras, etc. De
manera de lograr que el único interés y objetivo común de todos y cada uno de
nosotros, sea el bienestar humano, teniendo en cuenta además que la razón de
ser del acto médico no puede ser otro, que el amor al prójimo. ¿De quién
depende, sino de nosotros, educadores y profesionales de la salud, llevar
adelante esta gesta?
Finalmente deseo compartir con ustedes unas estrofas del Dr. Antonio Armando Lara,
de su poesía:
Ser Médico es Fácil:
de su poesía:
Ser Médico es Fácil:
Me pides muchacho aclare tus dudas,
que como fantasmas te acosan y apuran.
Seguro que esperas respuestas maduras
que alumbren a "giorno" tus sombras oscuras.
Se bien lo que quieres y ansío ayudarte,
porque esas dudas remozan mi sangre,
ya que fueron mías al querer graduarme,
algo, poco o mucho tengo que brindarte.
La ruta es muy larga, casi inalcanzable,
es siempre exigencia, permanente darse;
pensar en los otros, comprender, amarles,
sentir sus dolores, sufrir en su carne.
Ser timón y guía en cada percance,
responsable pleno, de sus desenlaces.
Ser hermano, amigo, confesor o padre,
tumba de secretos que jamás violares.
Calmante de angustias, dolores o hambre,
curioso obsesivo que explora incesante,
el cuerpo, la psiquis, el mundo o el aire,
sin renunciar nunca a beneficiarles.
Que el fin del balance no pueda acusarte,
que tu meta sea siempre un semejante,
sin nombre, sin cara, al que te entregaste,
con toda tu ciencia, tu atención y tu arte.
Recibir por pago lo que no soñaste,
los ojos llorosos de una pobre madre,
que rogando al cielo pretende expresarse,
y lágrimas tiene, solo para darte.
Ya ves mi muchacho, no te me acobardes,
vocación ya tienes, completa el bagaje,
junta valentía, honradez, coraje,
y verás entonces: ser médico...es fácil.
ANTONIO ARMANDO
LARA
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