LA QUINIELA: Entre varias versiones sobre su origen hay una que asegura que se trataba de un vasco de Rosario: Domingo Irigoyen, quien por el 1900 tenía un negocio a todo confort en pleno centro, la esquina de San Martín y La Rioja, lugar donde recibía las apuestas.
Esta última aseveración parece ser la más atinada y quien la sostuvo en 1922 fue el subinspector general de la Municipalidad de Rosario, don Domingo Castro.
El juego debió llamarse “biniela” ya que lo tradicional era y es apostar a las dos últimas cifras, pero se la bautizó “quiniela” seguramente en homenaje agradecido a la Lotería de Beneficencia Nacional, que es la que hace todo el gasto del trabajo (sorteo de premios, publicación, etc.) y que, como se sabe, siempre se manejó con cinco cifras.
A propósito de la Lotería Nacional, vale la pena recordar que se creó oficialmente en noviembre de 1895, lo cual prueba que apenas se habían cumplido cuatro años de su debut cuando la rápida inventiva popular ya había urdido este sucedáneo, la quiniela, más barato, más modesto, más cotidiano y, por supuesto, ilegal.
Al menos hasta 1971, cuando fue oficializada, lo cual no impidió en absoluto que se mantuviera la clandestina. Antes de eso, el invento no solo creció muchísimo sino que traspasó las fronteras. Los uruguayos son muy quinieleros y fue su país el primero en hacerla oficial, en 1950, ante el asombro y una pequeña envidia de nosotros, los inventores. Luego lo haría la República Dominicana, en 1952.
Actualmente se juega quiniela (con ese u otros nombres, oficial o ilegal) en más de setenta países del mundo. En España se llama quiniela a un juego oficial en el que intervienen los resultados de los partidos de fútbol, es decir lo que aquí se llama Prodeo en el resto de América se conoce como polla.
En 1958, el entonces diputado nacional Domingo Condolucci presentó un proyecto de ley para oficializar el peculiar juego. En los considerandos, este diputado, que era experto en réditos, calculaba que la entrada anual en concepto de recaudación sería de alrededor de 2.000 millones de pesos de aquella época.
El ingeniero Alvaro Alsogaray, quien era ministro de Economía, confesó asombrado que era un aporte mayor que el proporcionado por el Fondo Monetario Internacional. En un reportaje del vespertino Crónica, se le preguntó al diputado Condolucci si no había recibido presiones de los quinieleros ya que la oficialización destruiría virtualmente a un verdadero imperio que era manejado por ellos.
Condolucci respondió: ‘No he recibido amenazas pero en cambio si, por vía indirecta, innumerables invitaciones para almorzar y charlar…”. Una información de la Policía Federal relativa sólo a la Capital indicaba que en el año 1969 el monto de las apuestas secuestradas en diversos procedimientos (solo las secuestradas) ascendía a 5.211.361.047 pesos moneda nacional. Para tener idea: por entonces, un departamento de dos ambientes en pleno Barrio Norte, uno de los más caros de la ciudad, costaba unos 2.500.000 de la misma moneda. Los vascos de Rosario jamás habrán soñado con un éxito tan fuera de lo común para su ingenuo invento.
Fuente Consultada: Crónica Loca de Víctor Sueiro
Muchísimas gracias, me ayudó mucho este estudio sobre Las Quinielas.
ResponderEliminarEs bueno que comprendamos mucho más sobre www.Loteriadominicanas.com porque es bueno probar suerte en todos lados.
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