La Tarasca es una famosa criatura mitológica de origen francés cuya aparición la encontramos en la leyenda de Santa Marta.
Cuenta la antigua leyenda que Marta estaba en Aix con Magdalena y Maximino, el que posteriormente sería el primer Obispo de la ciudad. Cuenta también la leyenda, que en la vecina ciudad de Tarascón vivían una tragedia realmente preocupante, un monstruo arrasaba sus tierras y descuartizaba su ganado.
Los diputados de la ciudad escucharon que los siervos de Dios estaban en Aix, y atraídos por los milagros que se les atribuían, decidieron acudir para suplicarles que derrotaran al monstruo que no paraba de devastar su territorio. Marta escuchó atentamente la historia de estos hombres y su pueblo, miró a Magdalena y Maximino, tomó su permiso y siguió a los caballeros a su ciudad.
El pueblo esperaba pacientemente al héroe que acabara con la Tarasca, como se había bautizado a la bestia. No obstante, cuando vieron llegar a Marta sola pensaron que sus plegarias no habían sido escuchadas. Evidentemente, una mujer sola no podría vencer a un monstruo tan poderoso.
Marta percibió la lástima de los ciudadanos. Aun así, no dudó en preguntar dónde se encontraba ese monstruo tan cruel. Los lugareños le enseñaron el camino por el bosque y ella se dirigió con paso firme sin ningún tipo de defensa.
Comenzaron a escucharse ruidos y rugidos. El pueblo entero tembló y se compadeció de la pobre mujer que se había lanzado al vacío al plantarle cara, ella sola y sin armas, a esa bestia inmunda. Había accedido a ir, de forma totalmente voluntaria, a un lugar al que ningún hombre iría armado y mucho menos sin defensa alguna.
Los rugidos cesaron. No cabía duda, Mata había fallecido a manos de la Tarasca. No obstante, al poco tiempo observaron como la mujer reapareció por el camino del bosque. En sus manos portaba una pequeña cruz de madera y una cinta de sus vestiduras en las que quedaba atado el monstruo. Avanzó así por medio de la ciudad entregando al pueblo la Tarasca como si tan sólo fuera un juguete.
Este acto ha sido conmemorado desde entonces todos los años. La fiesta celebrada en Tarascon es tan importante, que desde 2005 fue proclamada por la Unesco Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, además de ser inscrita en 2008 dentro del apartado Gigantes y dragones procesionales de Bélgica y Francia.
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