martes, 20 de junio de 2017

El tan temido invierno!!!





Para la gente pobre desde tiempos remotos, el invierno parece sinónimo de infierno.
Viviendas precarias, estómagos ruidosos y vacíos, el abrigo que no es suficiente, niños descalzos y desnutridos que tiritan, azotados por el frío que no distingue, ni edades, ni dolor, ni sufrimiento.
Simplemente castiga al más vulnerable, que, oh casualidad,  es la franja más usada y olvidada de la población, los relegados y olvidados, los pobres.
Los de ayer, los de hoy, los de siempre.
Los que ingratos y corruptos políticos mencionan en sus campañas y luego de alcanzar sus objetivos, con total indiferencia echan al olvido, hasta las próximas elecciones, donde saldrán a comprar muy baratito, (simplemente con promesas), el voto que les permita mantenerse en el poder, la riqueza, el lujo y el buen vivir, que indudablemente es un privilegio de una selecta minoría.
Mientras esta gente planifica donde ir a esquiar durante las vacaciones de invierno, en el otro extremo muchos padres están pensando como abrigar y dar de comer a sus hijos, aunque sólo sea un plato de polenta cada día.
Mientras los unos estrenan ropa cálida e impermeable, el "resto", pide algún trapo usado para que el frío no le mate a sus hijos.
Y aquí la pregunta del millón: ¿dónde está la justicia tan promocionada, la democracia prometida hace tantos años que perdí la cuenta de cuántos fueron?
La famosa igualdad de oportunidades...?
¡MENTIRAS! La trenza política les permitirá seguir en los distintos gobiernos. Lo demás que ocurra, se atribuirá a cualquier situación o personaje ajeno al poder de turno. Se pelearán mediáticamente para convencer a la gente que ellos si tienen sensibilidad social y el plan económico que pondrá fin al dolor y la miseria, pero al llegar al "trono", evitarán atacar al otro, porque saben que algún día les tocará a ellos, y allí harán valer eso de que "FAVOR CON FAVOR SE PAGA"
Ojalá que algún día, espero que pronto, los corruptos a la cárcel, los chicos jugando, estudiando y creciendo sanos y felices, las familias con esperanzas y posibilidades reales y la inseguridad que también nos mata sea controlada con leyes y una justicia honesta, creíble y justa. Les dejo mi corazón con mis mejores deseos de que este invierno les permita vivir sin tanto dolor y sufrimiento y pidiendo desde mi fe a Dios, que abra las almas de los ruines y acreciente su sensibilidad para mejorar la vida de los más angustiados y necesitados. 
Los niños son nuestra esperanza y nuestro mayor patrimonio.
Si no los cuidamos, no tendremos futuro como nación.







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