domingo, 7 de abril de 2019

"Fumate un cigarrillo"




No voy a comentar sobre enfermedades producidas por el tabaquismo, porque no soy médico, pero les voy a contar, en qué cambió mi vida, el dejar de fumar.
De chico, para ser tan "vivo" como mis amigos, comencé con ese vicio, que me acompañó durante 20 años. En la medida que crecía, también aumentaba mi consumo de cigarrillos.
De los dos o tres por día, escondiéndonos, para que ningún vecino nos pegara un tirón de orejas, y masticando menta, para que la "querida vieja", no se diera cuenta, llegué hasta los cuatro atados por día.  Una verdadera locura.
Desde hace más de cincuenta años, canto con un grupo de "jóvenes como yo", (tengo 68 años), y al concurrir a los ensayos debía salir a fumarme un cigarrillo porque sino me atacaban accesos de tos y me resultaba imposible cantar.
Consulté médicos, leí libros de auto ayuda, conversé con ex-fumadores, pero el "pucho", como lo denominamos en Argentina, podía más.
Un 20 de mayo de 1982, falleció mi papá, fumador empedernido y sordo a los consejos de los profesionales, familiares y amigos. Uno de los factores de riesgo que lo ayudó a ese desenlace fatal, fue su amigo de toda la vida, el cigarrillo.
A los tres días y luego de un embarazo difícil, nació mi hijo mayor, y entendí en ese momento el valor de la vida.  Yo quería compartir su crecimiento, disfrutar de esos momentos incomparables, y en ese mismo instante, hice la promesa de dejar de fumar. Al salir de la Maternidad, en la puerta, dejé caer mi último atado, del cual solo había consumido uno y un encendedor de buena marca que era mi chiche preferido. Gracias a Dios, nunca más en mi vida volví a fumar.

Al ensayar, o al cantar en alguna obra, dejó de haber tos, aumentó mi capacidad pulmonar y hoy, casi 37 años después, sigo cantando y gozando de buena salud en general. Salvo los achaques por la "acumulación de juventud", como alguien definió al paso de los años.
Hoy las placas de Rayos X, muestran que tengo los pulmones limpios y libres de alquitrán y nicotina.
No fue fácil. Los primeros años, estuve eliminando toda esa porquería, junto con la mucosa. Pero realmente les aseguro que valió la pena.
Se que es una historia común, que no tiene nada de extraordinario. 
Pero si un solo fumador recibe el mensaje y le sirve para dejar ese vicio, bienvenido al club de los "vencedores", la familia vale mucho más que cualquier adicción.
Cualquiera puede, alimenten el deseo de vivir mirando a sus seres queridos, iluminando su vida con cada amanecer, dando las gracias por cada momento de dicha junto a ellos, disfrutando del placer de la "independencia".
No bajen la guardia. Luchen por dejarlo. Lo van a agradecer ustedes y aquellos que comparten su vida. Van a eliminar el factor contaminante que los convierte en fumadores pasivos, que muchas veces tiene consecuencias más  feas para ellos que para ustedes.
Busquen la ayuda que sea necesaria, y si quieren conocer las posibles consecuencias, busquen por internet y observen el deterioro que se va produciendo lenta, pero inexorablemente.
El dicho aquel que "de algo hay que morir", no justifica el sufrir y hacer sufrir a nuestro entorno.
 La vida es hermosa, aunque no sea justa. En cada flor, en cada niño, en cada madre, en cada canción, debes descubrir la emoción, el perfume, el amor!!!

Qué Dios los bendiga y que cada uno de ustedes tenga la fuerza para alcanzar las metas y soportar las caídas, y que logren muchos momentos de felicidad!!!





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