TITULO
Historia de un alimento universal: la leche materna
INTRODUCCION
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, es la alimentación más eficiente, completa y adecuada.
A través de la historia
La historia de la civilización revela que casi cada generación ha tenido que buscar alternativas cuando la madre no podía o no quería dar el pecho.
En la antigua Esparta, una mujer, aunque fuera la esposa del rey, estaba obligada a amamantar a su hijo mayor, en cambio las plebeyas, tenían que dar el pecho a todos sus hijos.
Plutarco explica que el segundo hijo del rey Temistes heredó el reino de Esparta sólo porque su madre le había dado el pecho.
El hijo mayor había sido amamantado por una extraña y por lo tanto, fue rechazado.
Se dice que Hipócrates escribió sobre el tema de la lactancia materna : “La propia leche es beneficiosa, la de otros es perjudicial.
Los pueblos primitivos
La mayoría de los pueblos primitivos no ponían al pecho al niño de inmediato, sino que dejaban pasar varios días antes de amamantarlo, con rituales que variaban de tribu a tribu..
Las posiciones para dar el pecho también cambiaban según los diferentes pueblos.
La mayoría de las culturas ponían al niño en el regazo, sin embargo los armenios y otros pueblos asiáticos se inclinaban sobre el niño que estaba acostado.
Estos niños no eran alzados tampoco para el eructo.
A veces el amamantamiento se prolongaba hasta los tres o cuatro años de vida del niño, porque de esa forma se aseguraba que el pequeño comiera algo al día, ya que no siempre había con qué alimentarlo.
En la Argentina
La cultura inca, desde 1532, tuvo un fuerte poderío, que llegó también a parte de la Argentina.
Es característico ver a las madres, aun en nuestros días en el norte del país, con los niños envueltos en mantas y llevados sobre sus espaldas, posición que, con un leve movimiento, facilita el amamantamiento.
Aunque las mujeres modernas abandonan la lactancia debido al fácil acceso a la leche artificial , los biberones y tetinas de caucho, es preciso señalar que el problema ocurrió siempre.
Los cambios socio-culturales, y la influencia de la propaganda comercial, influyen en la elección entre lactancia materna versus lactancia artificial.
A veces, por falta de información, hay una tendencia general a alimentar a los lactantes con sucedáneos de leche materna, con la consiguiente disminución de la producción de leche, pues es sabido que la succión del bebé es el mejor estímulo para que la leche no falte.
PANORAMA INICIAL
El Código de Hammurabi, alrededor del año 1800 a C, contenía regulaciones sobre las nodrizas, que amamantaban al hijo de otra mujer, normalmente por dinero.
A lo largo de toda Europa se han encontrado recipientes para alimentación, con boquilla, en tumbas de niños, que remontan al año 2000 a C.
El problema de los niños abandonados corre paralelo a la información sobre las antiguas técnicas de alimentación; de ahí la creación de hospicios o casa de expósitos, para albergar a esos niños.
Expósito es una palabra que viene del latín, y significa puesto afuera, disponible para quien quiera llevarlo.
En muchas sociedades se podía abandonar a los niños que no podían valerse por sí mismos, aunque fueran recién nacidos.
Hubo recién nacidos o niños abandonados, que fueron protagonistas de hechos de relevancia para sus comunidades. Así, según cita Pablo Croce en su libro “La Casa Cuna de Buenos Aires. Epopeya en Cuatro Siglos”: Sargón, el unificador de las tribus del Eufrátes y fundador del Imperio Acadio; Gilgamesh, mítico rey de Uruk, peregrino en busca de la inmortalidad y la juventud para su pueblo; Hércules, el poderoso y trágico hijo de Zeus, perseguido por Hera, la mujer de su padre; Paris, el pastor hijo del rey Príamo, cuyo romance con Helena desencadenó la guerra y destrucción de su Troya natal; Ciro, el fundador del Imperio Persa; Edipo, abandonado de recién nacido por orden de su padre, al que mató, ignorante del vínculo que los unía, y que condujo a la desgracia a su ciudad, Tebas; Rómulo y Remo, expuestos de recién nacidos a orillas del Tïber, y amamantados por una loba, y luego fundadores de Roma, y hasta Moisés, quien liberó al pueblo de Israel, y había sido abandonado en una cesta, flotando en el río Nilo.
Todos llegaron a adultos, y cumplieron afortunadamente la misión que les tocó vivir.
En nuestro medio, sería injusto no mencionar a Benito Quinquela Martín, uno de los más grandes artistas argentinos, que fue depositado en el torno que giraba en la puerta de la Casa Cuna, y allí amamantado y criado, como se hacía con los demás niños.
DESARROLLO
Con el propósito de conocer los cambios sufridos en la incorporación del alimento que puede llamarse universal, se hace una reseña histórica, ejemplificando con algunos lugares que pueden considerarse relevantes, incluyendo lo sucedido en nuestro país.
Se hace una subdivisión en siglos, para facilitar la lectura y ubicación en la época.
Siglo XV
No se conocen textos que describan la alimentación infantil desde los tiempos antiguos hasta el Renacimiento.
En 1472 se imprimió en Padua el primer incunable pediátrico, escrito por Paul Bagellardus, que describe las características de una buena nodriza y aconseja sobre el hipo, la diarrea y los vómitos.
Thomas Muffet, en 1458 escribió sobre el uso medicinal y terapéutico de la leche materna para hombres y mujeres “en sus años de madurez, debilitados por la edad o la enfermedad”.
Para él, la leche de burra era el mejor sustituto de la leche materna a cualquier edad, desde el punto de vista nutricional. Pero la leche de burra es pobre en sólidos comparada con la de otras especies, pobre en grasas y proteínas, y rica en lactosa.
Siglo XVI
Fildes, entre 1500 y 1700, hizo en Inglaterra, una revisión de la alimentación infantil, lo que estimuló a que las mujeres inglesas de clases sociales acomodadas, no amamantaran a sus hijos.
Aunque la lactancia materna era un método bien reconocido para evitar un nuevo embarazo, aquellas mujeres preferían tener entre 12 y 20 hijos, antes que darles el pecho. Creían que la lactancia estropeaba su figura y las hacía envejecer antes de tiempo.
Los maridos influenciaban mucho en la manera de alimentar a los niños, por lo que las nodrizas fueron reemplazadas por la “crianza a mano”, dándosele a los niños engrudos de cereales o pan con cuchara.
Debido a esta práctica, que también se realizó en los hospicios, la tasa de mortalidad se aproximó al 100%.
Siglo XVII
La Condesa viuda de Lincoln escribió sobre el “deber de amamantar, que las madres deben a sus hijos “, en 1662.
Había tenido 18 hijos, todos criados por nodrizas; sólo uno de ellos sobrevivió.
Cuando su nuera tuvo un hijo y le dio el pecho, la Condesa comprendió su error.
Citó el ejemplo bíblico de Eva, que dio el pecho a Caín, Abel y Seth.
También señaló que en el texto bíblico de Job 39:16, se dice que negar un pecho es ser más salvaje que los dragones y más cruel que los avestruces con sus crías.
La dama concluía apelando a las mujeres para evitar sus errores: “no seaís tan desnaturalizadas como para rechazar a vuestros propios hijos; no seáis tan endurecidas como para aventurar una tierna criatura a un pecho menos tierno; no seáis cómplices de esa aberración que es hacer que una pobre mujer abandone a su propio hijo para criar al de una mujer más rica, pues eso sería pedirle que dejase de amar al suyo propio para amar a los vuestro”.
Siglo XVIII
Los hospicios franceses del siglo XVIII tenían nodrizas cuidadosamente seleccionadas, cuyas vidas y actividades eran controladas para garantizar una nutrición adecuada para los huérfanos.
Hacia fines del siglo XVIII cambió en Inglaterra la tendencia hacia las nodrizas y la lactancia artificial, en parte por las exhortaciones de los autores médicos en nombre de la salud y el bienestar, y en parte porque las madres tenían más poder sobre la alimentación de sus hijos, y deseaban ejercer sus derechos.
En la Francia del siglo XVIII, tanto antes como durante la revolución que destronó a Luis XVI y llevó al poder a Napoleón, la alimentación infantil incluía lactancia materna, nodrizas, lactancia artificial con leche animal, y el uso de papillas .
La mayor parte de los niños de clase media y alta, especialmente en París, eran cuidados por nodrizas.
La razón aducida para esta extendida práctica era que la lactancia materna “no era costumbre”, o sea, que no estaba de moda.
Las madres deseaban conservar su belleza y juventud.
En 1718, Dionis escribió “hoy en día no sólo las damas de la nobleza, sino también las ricas y las esposas del último de los artesanos han perdido la costumbre de amamantar a sus hijos”.
Ya desde 1705 había leyes que controlaban la lactancia ejercida por las nodrizas.
Las leyes exigían que las nodrizas estuvieran registradas, les prohibían criar más de dos niños además del suyo, e indicaban que hubiera una cuna para cada niño, para evitar que la nodriza se los llevara a su cama y pudiera ahogarlos.
Mucho antes de nuestra sociedad moderna, había mujeres que rechazaban su papel biológico en la crianza de sus hijos, y la sociedad no ofrecía el apoyo necesario a las madres lactantes.
La lactancia materna era más común y de mayor duración en épocas estables, y más rara en períodos inestables y con principios morales cuestionables.
Las madres urbanas tenían un acceso más fácil a la alternativa de lactancia materna o lactancia artificial, mientras que las mujeres del campo, debían continuar amamantando en mayor proporción.
En el Río de la Plata
Mientras aquello ocurría en Europa, los acontecimientos en nuestro país, se remontan
al año 1776, cuando el rey Carlos III de España crea el Virreinato del Río de la Plata.
Para permitir la navegación directa con la Península Ibérica, abre el Puerto de Buenos Aires, y manda nueve mil soldados, a una ciudad en la que sólo habitaban veinticinco mil personas.
Como consecuencia de esa nueva población, se produce una cantidad de embarazos no deseados, muchos de los cuales terminan en recién nacidos abandonados.
Con el propósito de amparar a esos niños, se crea la Casa de Expósitos.
En ese lugar, los niños eran amamantados por las “amas de leche”.
Esa tarea era realizada por mujeres de muy escasos recursos, de pocos conocimientos sanitarios, quienes vivían en lugares precarios, y a la vez mal alimentadas, pero aceptaban esa tarea porque se les pagaba un pequeño salario.
El problema se planteaba porque esas madres debían repartir su leche entre su propio hijo y el niño expósito, lo que tornaba riesgosa para ambos niños esa actividad.
Siglo XIX
A mediados del siglo XIX, algunos médicos investigadores iniciaron la búsqueda de un sustituto de la leche materna para reemplazar a la nodriza.
La mayor parte de las soluciones eran a base de agua , azúcar, y leche de vaca.
Pierre Budin es reconocido como el fundador de la Neonatología, y el que estableció las primeras clínicas para lactantes.
En su libro “El lactante”, declara favorecer la lactancia materna por todos los medios posibles y ofrecer ayuda y consejo a las madres para que proporcionen la mejor nutrición a sus hijos.
Pronto los químicos y los comerciantes, entraron en el campo de la alimentación infantil, hasta ahora tema de los médicos solamente.
Henri Nestlé, un comerciante suizo , combinó azúcar y harina de trigo con leche de vaca, y anunció a su producto como”tan correcto científicamente que no deja nada que desear”. Además insistía” las madres harán publicidad por mí”.
Cuando la industria arrebató la producción de alimentos infantiles a los médicos que prescribían sus propias fórmulas , la madre se convirtió en rehén de ellos.
Algunos de los brebajes que preparaban, ni siquiera contenían leche.
En 1888, el Subcomité de Alimentación Infantil de la Asociación Americana de Medicina, no logró alcanzar un consenso sobre el mejor sustituto para la leche materna, aunque había poco entusiasmo porque los niños fueran amamantados por las nodrizas.
La competencia por el mercado, de las madres que no daban el pecho, estaba en auge a fines del siglo XIX.
La ciencia se confundía con el progreso.
Los brebajes para la alimentación infantil se describían como científicamente preparados, aunque tales afirmaciones nunca eran respaldadas documentalmente.
En la Argentina
Esos cambios también llegan a nuestro país, y la mujer juega un papel sumamente importante en ellos, pues, al salir a trabajar fuera de su hogar, la sociedad industrial avanza sobre su función reproductiva, la despoja de sus funciones naturales, y la sustituye por instituciones llamadas guarderías.
La industria va acaparando el terreno con las leches industriales: primero lo hace con la leche condensada en el año l848, y luego con la leche en polvo en el año1880.
La desvalorización de la lactancia materna permite cambios en los sectores de poder del momento: los industriales del complejo lácteo, a quienes esta situación les permite ganar fortunas, y el sistema médico, que legaliza la sustitución, aliándose así la industria de la alimentación y la salud.
A pesar que la desvalorización de la lactancia materna nace en el siglo XIX, y tiene que ver con la sociedad industrial, aun sigue vigente, aunque las condiciones sociales y económicas hayan cambiado.
El tema se ve favorecido por la fuerte propaganda comercial que ayuda a que esta situación se mantenga.
Siglo XX
Generalidades
Desde el aspecto científico comenzó una época de controversias.
En 1979 se reúnen los expertos sobre alimentación del Lactante y del Niño Pequeño, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo Internacional de las Naciones Unidas de Auxilio a la Infancia (UNICEF), y recomiendan lactancia materna exclusiva por cuatro a seis meses.
En 1994, la Asamblea Mundial de la Salud, estimula a la introducción de alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad, continuando con el amamantamiento.
En mayo del 2000, en la Asamblea Mundial de la Salud, los técnicos de Nutrición de la OMS, concuerdan en que no hay suficiente evidencia científica para recomendar lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y que por las diferencias registradas en todo el mundo relativas a la velocidad de crecimiento, ven adecuado el margen de “cuatro a seis meses”. Sugieren además, que los términos “cuatro a seis meses” y “alrededor de seis meses” son equivalentes.
Esta posición de la OMS confunde, y permite que existan incógnitas sobre el tema.
UNICEF, Organización Panamericana de la Salud (OPS), OMS Europa, y la Academia Americana de Pediatría, declaran que seis meses es el período óptimo para la lactancia materna únicamente.
Hay por lo tanto una evolución histórica de la lactancia materna, con las vicisitudes y la desinformación, propias de cada época.
En la Argentina
Al crearse en el año l911 la Sociedad Argentina de Pediatría, antecedida en el Continente Americano sólo por la Sociedad Americana de Pediatría (American
Pediatrics Societ), aquella asume un rol importantísimo en la incentivación y en la protección de la alimentación natural.
Desde el punto de vista político, las primeras decisiones de trascendencia adoptadas, se remontan a 1923, cuando el Doctor Gregorio Aráoz Alfaro ,presidente del Departamento Nacional de Higiene, le solicita al Ministro del Interior, Nicolás Matienzo, la creación de la Dirección de Eugénica, Protección y Asistencia del Niño. Interesado profundamente en los problemas sociales, Aráoz Alfaro realiza estudios sobre la pobreza, la caída de la natalidad, y la higiene de las viviendas, lo que lo lleva a publicar varios libros, entre ellos “El libro de las madres”
Toda la actividad que viene llevándose a cabo hace que, mediante un decreto del Poder Ejecutivo , durante la presidencia de Alvear, se cree una división de Asistencia a la Infancia dentro del Departamento Nacional de Higiene.
Amparándose en ese decreto, el Doctor Aráoz Alfaro organiza en distintas capitales de provincias, dispensarios de protección y asistencia de la infancia, llamados también Centros de Higiene Maternal e Infantil.
En la década de 1950, prosperan los lactarios, con el propósito de alimentar a los lactantes que no pueden ser amamantados por sus madres, funcionando los mismos en distintos hospitales.
De manera que la Argentina es considerada pionera en la organización de instituciones para proteger la alimentación natural, y también lo es desde lo legislativo, ya que en la
Constitución Nacional de 1949 se menciona:”La atención y asistencia de la madre y del niño gozarán de la especial y privilegiada consideración del Estado”
A partir de esa época la mujer exige información sobre la lactancia, y además, asume el derecho de cómo alimentar a sus hijos
La mayoría de los países de América Latina, incluida la Argentina, poseen sus normas nacionales en concordancia con las organizaciones mundiales, que apoyan a la lactancia materna como el alimento óptimo, durante los seis primeros meses de vida del lactante.
Siglo XXI
Mundialmente la alimentación está en crisis, no sólo para los que viven en países pobres, sino también para aquellos que viven en países ricos.
Para los pobres, desde lo económico, la dificultad al acceso.
Para los ricos, las nuevas formas en la cultura de la alimentación.
A pesar de todo, la recuperación de la lactancia materna es un hecho concreto y evidente.
Aquellos que se resistían al amamantamiento ya no lo hacen, por lo que no existen barreras para que mundialmente el derecho de amamantar y de ser amamantado, sea algo que pueda ejercerse naturalmente.
La labor desempeñada por los pediatras en cuanto al control periódico del niño sano, ha hecho que aumente de manera importante la alimentación con leche materna exclusiva, durante los seis primeros meses de vida del lactante.
Así, la literatura científica mundial, rinde tributo a la lactancia materna.
Estadísticas en la Argentina
Las estadísticas difundidas por el Ministerio de Salud de la Nación, dan a conocer que desde principios del siglo XXI, por encima del 50% de las madres amantan a sus hijos con leche materna exclusiva, durante los cuatro primeros meses de vida del niño, siendo muy importante el porcentaje que llega a la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida.
CONCLUSIONES
A pesar de los cambios sufridos en la aceptación o rechazo por la lactancia materna, y observando desde tiempos remotos lo ocurrido, concluimos con satisfacción, que la leche materna ha sido, y seguramente será, el alimento universal, difícil de superar por algún otro alimento.
La ciencia está redescubriendo lo que ya sabían nuestros antepasados: que la lactancia materna es el alimento ideal que brinda la naturaleza a todos los recién nacidos.
No en vano la naturaleza se rige por un orden, a veces difícil de comprender y de respetar por el ser humano.
De todos modos, la lactancia asume características de un hecho social, con particularidades y diferencias según los espacios geográficos y los tiempos.
BIBLIOGRAFIA
1. Aguirre, Patricia
La lactancia materna en el tiempo largo de la especie
Enredados. Noticias e Información de lactancia materna
Fundación Lac Mat – IBFAN
Año VI Nº 30
Buenos Aires, diciembre 2002
2. Aráoz Alfaro, Gregorio
Discurso
Archivos Latinoamericanos de Pediatría
Nº 1, marzo 1905, pp. 352 -355
3. Aráoz Alfaro, Gregorio
Discurso
Archivos Argentinos de Pediatría
1954. XLII, 414-16
4.Croce, Pablo A.
La Casa Cuna de Buenos Aires- Epopeya en Cuatro Siglos
Buenos Aires, Fundación Hospital Pedro de Elizalde, ex Casa Cuna, 2007
5.Depalma, Donato
La Pediatría en las culturas aborígenes argentinas
2º Edición
Sociedad Argentina de Pediatría
6.Echeverría, Emilce
Casa Cuna. Su historia en la Historia
Buenos Aires, Héctor A. Macchi – Córdoba 2084
7.Escardó, Florencio
Las Tesis sobre lactancia
Archivos Argentinos de Pediatría
Año 1943 – XIX, pp. 448 – 455
8. Lawrence, Ruth A.
La lactancia materna: una guía para la profesión médica
Buenos Aires, Mosby, 1996
9.Ministerio de Salud de la Nación
Encuesta de lactancia materna, 2007
10. Puga, Teodoro
Reseña histórica de la Pediatría Latinoamericana
En: “Pediatría”
Julio Meneghello y col.
Buenos Aires, Editorial Panamericana,5º Edición, 1997
11. Imágenes disponibles en http: //images.google.com.ar
Que raro que no se cite este artículo y sus cuatro partes posteriores:
ResponderEliminarhttp://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1988596/
Porque básicamente se ha hecho un resumen de él exceptuando los datos de sudamérica.
En fin....