VIERNES 02 DE OCTUBRE A LAS 12.20 Hs.
Divertida comedia francesa: Gerard tiene 50 años, lleva más de tres años sin trabajo y el seguro de desempleo se está terminando. Repentinamente le ofrecen un puesto de trabajo en Indonesia y Gerard, dispuesto a causar una buena impresión a su jefe lo invita a cenar a su casa:"GRAN ERROR"...
La falta de trabajo es un inconveniente que trasciende las fronteras y atenta contra el bienestar de una gran cantidad de personas del mundo, cualquiera sea su sexo o edad. Por ese motivo, hay muchos seres humanos que, ante la desesperación de no poder mantener a su familia, aceptan malas condiciones laborales, presiones y hasta soportan humillaciones sólo por no perder la oportunidad de obtener un salario.
Gerard, por ejemplo, es uno de esos hombres dispuestos a todo con tal de quedarse con un puesto de trabajo. Antes de profundizar en su historia personal, es conveniente aclarar que su caso sólo es real en el marco de la ficción ya que este personaje, interpretado por Daniel Auteuil, es el protagonista de una comedia dramática dirigido por Laurent Bouhnik que lleva como título, El invitado.
A través de este relato, los espectadores pueden ver cómo se desenvuelve Gerard, después de estar más de tres años desempleado, ante la posibilidad de volver a la rutina laboral. Decidido a convencer a su posible futuro empleador, Gerard resuelve organizar una cena en su casa con este hombre como invitado de honor.
Al conocer este plan, la esposa de Gerard, ante el temor de no estar a la altura de las circunstancias y ser la causante del fracaso laboral de su marido, le pide a uno de sus vecinos, considerado como un gurú de las relaciones públicas, que les haga un rápido y efectivo “cambio de look”.
Citado por el diario La Nación, el director de este filme donde también actúan Valerie Lemercier, Thierry Lhermitte e Hippolyte Girardot, señaló que El invitado aborda el tema de la humillación laboral e intenta mostrar en pantalla “hasta qué punto hay que padecerla en nuestra sociedad para poder vivir”.
Además, el realizador reveló que, a la hora de rodar esta película, decidió inspirarse en el “cine de humor anglosajón, por su sentido del ritmo” y adoptar ciertas características de la comedia italiana como, por ejemplo, su tendencia “a moverse en la frontera del realismo y lo imaginario”.
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