martes, 19 de enero de 2010

Anécdotas de mis vacaciones




Recuerdo hace muchos, pero muchos años, que durante unas vacaciones de verano fuimos con unos amigos a la costa acompañados por sus padres. Agua, sol, arena, noches de boliche...
Todo muy sano y a la antigua.
Una noche en el "baile", conocí una chica que literalmente me dejó mudo.
Hermosa, rubia, de ojos azules, que digo ojos, ¡ojazos!, con un cabello ondulado que te cortaba la respiración al mecerse al ritmo de la música. En síntesis, un bombonazo.
No sabiendo como abordarla no tuve mejor idea que pedirle a uno de mis amigos,(el mas vivo y experimentado del grupo), que diera el primer paso para romper el hielo y después me la presentara para yo intentar conquistarla.
Todo fue bien, a la media hora estaba bailando con Lidia, tal era su nombre. Dueña de una conversación fluída y variada, bailaba espectacularmente, tenía una sonrisa que hacía que el verano fuese mucho más cálido. En fin, el ideal de mujer al alcance de mi mano. Feliz, al salir del baile todo caballero la acompañé hasta su casa, pues era de la zona, y me despedí de ella muy delicado y formal con un beso en la mejilla y un esperanzado "mañana nos vemos".
Se imaginan, volví al hotel pegando saltos de alegría y ya en la habitación tuve que aguantarme las cargadas de casi todos mis amigos. Bueno, si tengo que ser sincero, el único que no me cargó fue Jorge, el canchero, él me la había presentado. Le agradecí la ayuda y me fui a dormir y a soñar con ese ángel que me quitaba el sueño. O sea, que la soñé despierto y sin pegar un ojo en toda la noche.
Por la mañana los chicos quisieron despertarme, pero estaba tan dormido que resolvieron dejarme.
Al volver a la realidad, miré el reloj y salté de la cama, eran las 15.30 hs. y yo le había prometido a Lidia que la pasaría a buscar para almorzar, a las doce.
Me duché a las apuradas, me volqué un frasco de perfume encima y salí corriendo para la casa, no sin antes gastarme 30 pesos en un hermoso ramo de rosas, que enarbolaba en mi mano derecha como el quijote su lanza.
Llegué, toqué timbre y una señora muy amable me dijo que la nena me había estado esperando hasta las 15 hs. y como yo no llegué se fué a dar un paseo en bote con unos amigos.
Me quería matar, le pegaba patadas a la arena y me daba golpes en la cabeza por idiota. Resignado, me senté en el muelle, con la esperanza de verla volver y poder disculparme. LLegó la noche y viendo que no pasaba nada me volví a la habitación malhumorado, muerto de hambre y sed y con ganas de matar al que se me cruzara.
Cual no sería mi sorpresa al abrir la puerta veo en un primer plano gigante, enorme e inolvidable, a mi reina Lidia abrazada y besándose con JOOORGE, mi amigooooo.
Casi me agarro a golpes, hasta que mis otros compañeros consiguieron calmarme.
Hoy ante el recuerdo me río para mis adentros de mi inexperiencia a los 10 años, ilusionarme con una chica de 22 y enojarme con mi amigo de 25. Pero aprendí la lección. Si tengo un compromiso de cualquier tipo que sea, jamás me duermo.
Que les aproveche y disfruten de sus vacaciones.

Moraleja:"No pierdas el tiempo durmiendo mas de lo necesario, porque el tren al llegar su hora partirá dejándote en la estación como si fueses un triste grano de arena"

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